Son diversas las preguntas que nos realizan los padres sobre este tema. Por ello, en este artículo vamos a resolver todas tus dudas:
Las caries cada vez son más frecuentes en niños muy pequeños. Por este motivo, desde Clínica BérMar te recomendamos que la primera visita al dentista de tu hijo sea desde una edad muy temprana, incluso desde antes de que le aparezca el primer diente. También, es fundamental que le ayudes a mantener una cuidada higiene bucal desde muy pequeño, una labor que tiene que ser inculcada desde los hogares en estos primeros meses de vida.
¿Cuándo llevo a mi hijo al dentista?
Desde Clínica BérMar aconsejamos que tu hijo debe visitar al dentista al cumplir su primer año, con el objetivo de establecer medidas preventivas. Muchos padres se sorprenden con esta recomendación, pero es cierto que la aparición de problemas de caries en niños menores de tres años han obligado a los profesionales a establecer estas medidas.
¿Y tras la primera revisión?
Tras la primera revisión, los controles se deben hacer, si no hay más problemas asociados a la primera dentición, una vez al año.
¿Qué revisaremos en la boca de tu hijo?
Las doctoras de Clínica BérMar haremos una revisión de dientes y encías, para comprobar posibles problemas de caries o de mordida. Además, en ese instante, desde Clínica BérMar trataremos de inculcar hábitos adecuados de limpieza.
¿Tendrá mi hijo miedo al dentista?
Estas primeras visitas son idóneas para que no crear en el niño un miedo al dentista, ya que posteriormente será más complicado combatir estos temores.
¿Por qué mi hijo presenta problemas desde tan pequeño?
Muchos padres nos preguntan por qué sus hijos presentan problemas desde tan pequeños. Los dientes sanos tienen color blanco uniforme, si hay manchas en los dientes de tu hijo será una señal para que acudas al dentista. Para mantener la higiene, es fundamental utilizar el cepillo una vez que le salgan los dientes de leche, aunque sin pasta dentífrica. A partir de esa edad podríais comenzar a utilizar pasta destinada a niños.
La premisa es clara: la higiene es fundamental para evitar problemas en los niños.