Si has notado que tus encías sangran al cepillarte los dientes, es muy probable que tengas gingivitis.
En este blog te contamos todo lo que necesitas saber sobre la gingivitis, y cómo evitarla.
Causas de la gingivitis
Cuando una encía está sana, no sangra, ni tiene un aspecto más enrojecido de lo normal, aunque apliques un estímulo directo como podría ser el cepillado de dientes. Todos estos cambios, unidos a molestias y/o sangrado, pueden indicar el padecimiento de la condición que conocemos como gingivitis, una enfermedad inflamatoria que afecta a la encía.
Su principal causa es la acumulación de placa bacteriana, es decir, una película compuesta de bacterias, restos de comida o saliva que termina adhiriéndose a la superficie del diente. Si esta placa no se limpia, se irá calcificando con el tiempo y dará lugar a un depósito duro que no se puede remover únicamente con el cepillado dental.
Algunos de los factores que pueden potenciar esta acumulación de placa son:
- Higiene oral deficiente.
- Existencia de caries o restauraciones en mal estado.
- Ser fumador.
- Alteraciones en la mordida o apiñamiento.
- Ser diabético.
Tratamiento de la gingivitis
Siempre va a ser mejor prevenir una enfermedad que curar, por lo tanto, en primer lugar, te dejaremos algunas recomendaciones para evitar la gingivitis.
- Cambia tu cepillo dental cada 3 meses como máximo, ya que si está en mal estado no cepillará correctamente.
- Comienza a utilizar el hilo dental después de cada comida, ya que remueve los restos de comida que quedan atrapados entre los dientes, donde las cerdas del cepillo no tienen acceso.
- Evita fumar.
- Respeta tu visita al dentista una o dos veces al año para realizar una limpieza dental profunda y una evaluación diagnóstica.
Una vez explicado esto, pasamos al tratamiento de esta enfermedad de las encías.
La gingivitis, al ser un proceso reversible, podría curarse eliminando los factores anteriormente mencionados que han sido los que la han provocado, pero, si no es así, sería necesario realizar una tartrectomía.
Este tratamiento consiste en la eliminación del sarro y depósitos de placa bacteriana alrededor de los dientes, y, por lo general es un proceso rápido e indoloro.
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